1/08/2016

Tai Chi Salud,..... hoy.

Aún hay gente que cree que para que un ejercicio funcione tiene que doler, o que si terminas una clase sin estar empapado en sudor es porque en realidad no has hecho nada.
Nada más lejos de la realidad. 
Disciplinas como el taichi, el yoga o la gimnasia terapéutica demuestran que el camino a una buena forma física no tiene que estar hecho de lágrimas.
En concreto, el taichi es un ejercicio suave que ayuda a prevenir muchas de las enfermedades que acompañan al envejecimiento y es una actividad perfecta para mantener a medida que nos hacemos mayores. 
Además, cuanto antes empecemos, mejor. Los efectos del tai chi aumentan cuando se comienza a practicar antes de que aparezcan los primeros síntomas de enfermedad degenerativa.
Este deporte, que se originó en China como un arte marcial, tiene valor médico demostrado en el tratamiento y la prevención de numerosos problemas de salud como la artritis, y es posible practicarlo incluso por personas que no estén en buena forma o buen estado de salud porque es un ejercicio de bajo impacto.
Durante la práctica del tai chi, la sensación es de ir a cámara lenta. 
En las clases se describen una serie de movimientos característicos que reciben su nombre a partir de acciones de animales o de batalla, como “el fénix despliega las alas” o “avanzar y puñetazo abajo”, todo ello controlando la respiración, que debe de ser profunda y natural para ayudar a concentrar la atención en las sensaciones corporales.
Los movimientos propios del tai chi suelen ser circulares, sin ser exagerados. 
Durante el ejercicio los músculos no están tensos sino relajados, y las articulaciones nunca completamente estiradas ni tampoco dobladas. 
Es una cuestión de equilibrio de fuerzas.
Al fin y al cabo, entre los principios filosóficos que nutren la raíz del tai chi se encuentran el yin y el yang. 
El otro elemento base de este arte marcial es el Qi, una energía que fluye a través del cuerpo y que se considera que el tai chi desbloquea propiciando que fluya correctamente. 
Aunque para practicar tai chi no es necesario adoptar esta antigua filosofía china de vida, conocer algunos conceptos te permitirá interiorizar y disfrutar más de las ventajas de la meditación que acompaña a este ejercicio.
Diversos estudios han demostrado la eficacia del tai chi en el tratamiento y prevención de diferentes tipos de enfermedades vinculadas al envejecimiento. 
Por lo general, la práctica del tai chi dos veces por semana durante 12 semanas ha demostrado que su ejercicio aumenta la flexibilidad y mejora el tono muscular general tanto como un entrenamiento de fuerza pero sin el agotamiento muscular que puede conllevar para personas mayores.
Además, según la revista de medicina de la Universidad de Harvard, está comprobado que la práctica del taichi combinada con el tratamiento médico adecuado mejora la condición de los enfermos de artritis, ayuda a mantener la densidad ósea en mujeres postmenopáusicas y pacientes con baja densidad ósea en general, e incluso aumenta la calidad de vida y la capacidad funcional de las enfermas de cáncer de mama o que sufren los efectos secundarios del tratamiento.
También ha demostrado ser beneficioso para la prevención de enfermedades cardiovasculares porque ayuda a reducir la presión arterial y mejora los niveles de colesterol, triglicéridos e insulina.
Las personas con riesgos de fallo cardíaco, con problemas de hipertensión, problemas para conciliar el sueño, enfermedad de Parkinson y hasta pacientes en recuperación de una apoplejía también mejoraron su calidad de vida según los estudios sobre los efectos del tai chi, siempre con un ejercicio continuado de dos veces por semana durante periodos de entre 3 y 4 meses. 

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