7/29/2011

PENSAMIENTOS DEL SER INTERIOR (1)


MAESTRO ES AQUEL QUE ABANDONA EL CEREMONIAL, LA EXHIBICIÓN RELIGIOSA Y LAS APARIENCIAS SOCIALES, Y SE CONCENTRA EN EL DESARROLLO REAL.


El maestro es ante todo, un ser que crea un ambiente propicio en su entorno en el momento de transmitir sus enseñanzas estimulando a sus discípulos y colaborando en su crecimiento.
Desde su posición los observa y los comprende, aceptandolos como son, comprendiendo su naturaleza impulsiva y sus mecanismo de defensa.
En sus enseñanzas el maestro se ve obligado a emitir continuos, mensajes, ejemplos, aforismos, proverbios, máximas, etc,
Estudiando permanentemente a sus discípulos, puede ver que método funciona mejor.


INTENCION
¿Puedes unir tu alma con el UNO de modo que no puedan separarse?
¿Puedes dominar tu energia vital hasta hacerla tan docil como la de un niño?
¿Puedes purificar tu mirada hasta dejarla limpia?
¿Puedes querer al pueblo y gobernar al estado practicando la no accion?
¿Puedes permanecer como un ave cuando se abren y se cierran las puertas del cielo?
¿Puedes conocer y comprender todo sin usar la inteligencia?
USA TU INTUICION


El sabio actua por la no accion y enseña sin hablar, todas las cosas aparecen sin su intervencion.
No espera recompensa de sus obras ni se atribuye la obra realizada, por eso, su obra permanece con el.
NO ACTUES ESPECULANDO CON OBTENER EL FRUTO DE TU ACCION.
HAZLO POR TU PROPIO IMPULSO DE ACTUAR DE ACUERDO CON EL DICTADO DE TU CONCIENCIA.


Los buenos son Maestros de los malos, y los malos son utiles a los buenos.
Quien no ama a su Maestro ni aprecia ser sutil tiene confuso su saber.
Aparentar ignorancia, siendo iluminado, este es el secreto esencial.
MEDITA PROFUNDAMENTE CUAL ES EL APREDIZAJE QUE LA VIDA TE BRINDA.


El hombre recto observa lo profundo y no lo superficial.
Atiende lo sustancial y no el adorno, rechaza esto y prefiere aquello.
¿ ESTAS VIVIENDO DE ACUERDO CON TU VERDAD INTERIOR?
SEPARA LA PAJA DEL TRIGO EN TU VIDA.


SABIDURIA


Un discípulo curioso le dijo al Maestro:

«Dinos una forma de saber cuándo ha alcanzado uno la iluminación».
Y dijo el Maestro:
«Aquí la tienes: cuando te sorprendas preguntándote a ti mismo:
‘¿Soy yo quién está loco o es algún otro?’».
«¿Cómo se reconoce a la persona iluminada?»
«Porque, habiendo visto el mal como mal, la persona iluminada no puede hacerlo»,
dijo el Maestro.
Y añadió: «Tampoco puede ser tentada. Si lo es, se trata de un impostor».
Y contó la historia de un contrabandista que, huyendo de la policía, pidió a un monje con fama de santo que le escondiera la mercancía, porque, dada su reputación, nadie sospecharía de él.
El monje se irguió indignado y ordenó al contrabandista que abandonara el monasterio al instante.
«¡Te daré cien mil dólares por el favor!», le dijo el contrabandista.
El monje dudó ligeramente antes de negarse.
«¡Doscientos mil. . .!»
Pero el monje volvió a rechazar la oferta.
«¡Quinientos mil!»
¡Entonces el monje esgrimió amenazante un grueso bastón y le gritó:
«Marcha de aquí ahora mismo: estás acercándote demasiado a mi precio!».
«Soy un hombre muy rico, pero muy desdichado. . . ¿Puedes decirme por qué?».
«Porque empleas demasiado tiempo en hacer dinero, y demasiado poco en practicar
el amor al projimo», le respondió el Maestro.


EL PASO


Ivan caminando un anciano a paso regular por el camino sin ninguna prisa, y mas atras un hombre joven a paso fuerte y seguro asiendo retumbar sus sandalias en la tierra seca, mas el anciano continuaba con sus pasos seguros, y sin prisa, cuando al llegar a un puente el anciano cambio el paso por uno mas firme y corto al comenzar a cruzar, el hombre joven al ver esto se dio por superado y continuo firme y seguro, y retumbando el piso del puente dejando al anciano atras, mas al llegar a mitad del puente este cedio bajo sus pies fiermes y poderosos dejandolo caer al presipicio,,,,,,
moraleja...... no por andar mas despacio se pierde el tiempo, hay que saber seder en el momento justo y marchar en este caso, a paso firme.


EN BUSCA DEL MAESTRO



Algunos discípulos pasan la vida preguntándome dónde está la verdad -dijo un maestro-.
Así que un día decidí señalar en una dirección cualquiera, intentando demostrar que lo importante es recorrer un camino, y no quedarse pensando en él. Pero en lugar de mirar en la dirección que le señalaba, el hombre que me había hecho la pregunta comenzó a examinarme el dedo, tratando de descubrir dónde estaba escondida la verdad. Cuando la gente busca un maestro, debería estar buscando experiencias que puedan ayudarle a evitar ciertos obstáculos. Desgraciadamente, la realidad es otra: recurren a la ley del mínimo esfuerzo, intentando encontrar respuestas para todo.
El que desea aprovecharse del esfuerzo del maestro para así no gastar sus energías nunca llegará a ninguna parte, y acabará por sentirse decepcionado.
Quien estudie un poco la historia de Buda, se dará cuenta de que, después de alcanzar la iluminación, se dedicó a hacer que sus discípulos desarrollasen las cualidades necesarias para llegar a la tan anhelada paz de espíritu.
Quien lea los evangelios, reparará en que casi todas las enseñanzas de Jesús tienen lugar en dos circunstancias: bien cuando viajaba, bien alrededor de una mesa. Nada de templos. Nada de lugares escogidos. Nada de prácticas sofisticadas y difíciles: los apóstoles prestaban atención a lo que decía cuando andaba y cuando comía, cosas que hacemos todos los días de nuestras vidas.
Precisamente porque las hacemos todos los días, no damos ningún valor a las enseñanzas que están escondidas en nuestros quehaceres diarios. Pensamos que las cosas sagradas son accesibles sólo para los gigantes de la fe y la voluntad, y pensamos que aquello que hacen las personas es demasiado pobre para ser aceptado con alegría por Dios. En busca de nuestros sueños e ideales, muchas veces colocamos en lugares inaccesibles todo lo que está al alcance de la mano. Cuando descubrimos el error, en lugar de alegrarnos por haber comprendido nuestros fallos, nos dejamos llevar por la culpa de haber dado pasos errados, de haber malgastado nuestras fuerzas en una búsqueda inútil, de haber disgustado a quien deseaba nuestra felicidad.
Y es entonces cuando corremos el peligro de acercarnos a los 'maestros' o 'gurús' que nos ayudarán a recuperar el tiempo perdido. Pero no es así: aunque el tesoro esté enterrado en tu casa, sólo lo descubrirás cuando te hayas alejado.
Si Pedro no hubiese experimentado el dolor de la negación, no hubiera sido escogido jefe de la Iglesia. Si el hijo pródigo no hubiese abandonado todo, jamás habría sido recibido con júbilo por su padre.
Si Buda no hubiese decidido vivir una vida de sacrificio durante muchos años, jamás hubiera entendido el placer de la alegría.
Algunas cosas en nuestras vidas tienen un sello que dice: «Sólo comprenderás mi valor cuando me pierdas y me recuperes». De nada sirve querer acortar este caminó.
Existe un viejo dictado mágico que dice: cuando el discípulo está listo, aparece el maestro
Pensando en esto, muchas personas se pasan la vida entera preparándose para este encuentro. Cuando se cruzan con el maestro, se entregan por completo, días, meses o años. Pero terminan descubriendo que el maestro no es el ser perfecto que habían imaginado, sino una persona igual a las demás, cuya única función es compartir aquello que ha aprendido.
Al verse frente a una persona normal, el discípulo se siente herido. Siente desesperación y el deseo de abandonar la búsqueda, cuando, en realidad, es así como debe ser, es esto lo que nos hace libres para labrarnos nuestro propio camino.



7/06/2011

Ejercicios y formas de Tai Chi Chuan

Forma 13, Tai Chi Chuan    

                             

Forma 16, Tai Chi Chuan 

   


18 Ejercicios de Qi Gong            

     



Forma 8, Longevidad              

    



La canción de las trece posturas


Mantén las trece posturas y no lo olvides,

Cuando quieras moverte, empieza desde la cintura.

Se sensible a los cambios, al más ligero cambio de lleno a vacio.

Así dejaras que el Chi circule como un fluido por todo el cuerpo.

Invisible en el abrazo de la quietud yace el movimiento, y dentro del mismo movimiento

la quietud se oculta.

Busca, por tanto, lo que está quieto dentro del movimiento,

Si puedes hacerlo, los descubrimientos serán tuyos cuando te enfrentes a un adversario.

Que todo movimiento se llene de conciencia y significado.

Si puedes hacer esto, el esfuerzo del no esfuerzo aparecerá.

No abandones la atención de la cintura,

Cuando el abdomen este ligero y libre, el Chi se estimulara,

Si las vertebras inferiores están erguidas, entonces el espíritu (shen)

se elevara a la parte superior de la cabeza.

Todo el cuerpo debe ser flexible y suave,

La cabeza suspendida como si colgara desde arriba de un solo pelo.

Permanece despierto, buscando el significado del propio Tai chi.

Si el cuerpo se dobla o se estira, si se abre o se cierra, que el camino natural sea tu camino.

Al principio, los estudiantes escuchan las palabras de su maestro, si aprenden con

atención y constancia, la habilidad se desarrollara por sí sola.

¿Quién puede decirme cual es el principio fundamental del Tai chi?

La mente despierta viene primero y el cuerpo le sigue.

¿Quién puede decirme el significado y la filosofía del Tai chi?

Juventud eterna y una saludable y larga vida,

que significaran una primavera siempre presente.

Cada una de las palabras de esta canción es valiosa e importante, si no las escuchas,

ni las sigues, seguramente desperdiciaras tu vida.