Cuando el practicante de Tai Chi, Kung Fu o de cualquier arte marcial o disciplina interna, recuerda sus primeros pasos en este camino, surgen sentimientos de alegría y asombro ante ellos, un universo nuevo y desconocido que enfrentar, algunos quizás por algún comentario se acerca, otros por haber visto a alguien practicando en alguna plaza o gimnasio y algunos que otros mas por los amigos que ya estaban en el camino de la practica, de todas formas atraídos por primera vez a la práctica por causalidad.
Una vez frente al Maestro y los demás compañeros más avanzados, se presenta o plantea la primera pregunta, ¿algún dia podre trabajar como ellos?, es en esta parte cuando el aprendizaje se esta mas desinteresado, apenas se esperan y no se cuestionan demasiadas cosas casi nada, ya que al tener que retener y asimilar bastantes cosas nuevas, los movimientos, la respiración la técnica que dia a dia se repiten, el camino aquí se presenta libre de obstáculos y todavía ancho y largo para recorrer.
La práctica, se hace sin cuestionamientos, confiando que el Maestro y sus enseñanzas y los consejos de los demás compañeros de practica ya con más tiempo que uno en ellas son aceptadas de buen modo, se es igual que un niño que solo se dedica con esfuerzo el querer aprender, retener y practicar.
Luego de un tiempo de practica ya no se es el nuevo, el principiante, habrán llegado más personas y ellas estarán en la misma situación, a los que seguramente pueda ayudar y aconsejar, considerando que mi nivel de aprendizaje y experiencia ya son más avanzados, y es aquí donde se produce el primer quiebre o punto de inflexión en esta parte del aprendizaje, aquí es donde tal vez, se llegue a pensar que el camino sea estrechado y acortado, cuando realmente lo que ocurre es que el camino se empieza a hacer cuesta arriba, ya se empieza a querer cuestionar las enseñanzas del Maestro y sus métodos de práctica, surgen muchas preguntas y no se entiende porque se vuelven a repetir las mismas tecnicas básicas, los mismos pasos y los primeros movimientos que ya se daban por sabidos.
¿Por qué repetir lo ya sabido?
¿Qué necesidad hay de volver atrás?
¿Por qué no aprender algo nuevo?
¿Por qué no seguir avanzando?
La mayoría de los practicantes en esta etapa bajan su nivel de atención a las explicaciones, como si ya estas no fueran para ellos (ya lo escuche, ya lo sé, lo leí), es como si ya no pudiesen captar nada nuevo en ellas, es como si realmente no pudieran siguir avanzando, algunos inclusive practicaran cosas que todavía no les ha llegado a enseñar el Maestro.
Este es el momento más crítico en la práctica, por asi decirlo, un momento por el cual todos pasamos como aprendices y alumnos, y en el que se descuida el espíritu de la practica, autentico motor de la motivación, es aqui donde muchos ya avanzados en tiempo y practica, se ven y sienten una desilusión, un estancamiento y van dejando poco a poco la asistencia a las practicas y luego finalmente abandonarlas por completo.
¿Cómo seguir y recuperar el espíritu que me permita superar el escepticismo en este momento?,
una vez más será a través y mediante el cultivo de la paciencia y la confianza en las pautas ya marcadas por el Maestro, por y para que se pueda volver a la inocencia de esa, la primera vez, si se supera esta etapa se descubre que a pesar de la experiencia adquirida con los años, los conocimientos y habilidades que se creían tener realmente no alcanzan, quizás y posiblemente se sienta la sensación de haber empeorado, de ir hacia atrás en el camino, ahora presentándose con obstáculos y piedras, pero estas dificultades son las que iluminaran el plano de la realidad y la verdadera practica.
Al darse cuenta de que falta mucho por aprender esta será la motivación que permitirá seguir progresando, la de volver a ser un principiante, aunque esta vez con la ventaja que da la base adquirida, entonces no se aprende desde cero sino que se pasara a otro nivel de aprendizaje, repetir los ejercicios básicos, prestar atención a los movimientos rutinarios en la práctica, y practicar las formas sin cuestionar, sin esperar, logrando así que surjan los detalles que antes no se apreciaban, se presentaran esta vez con más profundidad, una oportunidad nueva de experimentar, descubrir y entender la práctica, así el espíritu se renueva y recupera la frescura de los primeros tiempos los primeros pasos, se aprecian también que de los recién incorporados se puede aprender, es quizás ahora que se atiende y aprecian las decisiones del Maestro, él para que y el NO el por qué de los ritmos que lleva la práctica, aqui tambien ahora se produce otro punto de inflexión en el camino, mantener la frescura del primer dia es difícil, pero es fundamental en el largo camino del conocimiento con las rutinas de todos los días se aprende algo nuevo, cuando surge el estancamiento es que se llega a otro punto de inflexión que permite volver al principio “hacer desde la no acción (Wu wei) aprender sin hacer, con la tranquilidad, sin desasosiego, consiente de todos los movimientos tantos físicos como emocionales, solo practicar y practicar sin cuestionarse nada, sin desesperar, solo experimentando, recorrer el camino del aprendizaje desde la no acción significara aprender sin ansiedad, sin interés respeto a los resultados, dejando al margen todas las necesidades del EGO, en definitiva, como el origen de todas las cosas, del vacío surge lo lleno y viceversa.
